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Ergofobia

Hola, amigos del microscópio.

Siempre he sido de las que piensan que todo lo esperado (luchas por ello, con ganas y te motiva) llega, es disfrutado pero pasa y volverá a llegar. ¿Y qué quiero decir con esta reflexión? : que para todo en la vida (incluido el trabajo) tiene que haber un esfuerzo, para obtener un premio y que cuando acaba, llegará otro y así indefinidamente.

Comienza septiembre, y con ello las incorporaciones a los trabajos (los afortunados) y a la mayoría de las personas les cuesta un poquito volver a la rutina (ojo, es normal) pero hay ciertas personas que lo llevan especialmente mal, hasta convertirse en un problema psicológico (que desde mi opinión, para llegar a esta situación hay algo más que una simple tristeza por volver al trabajo ya que pueden haber traumas o malas situaciones laborales que lleven a la persona a esta situación).

El miedo siempre está ya que es una emoción natural en las personas con la percepción de un peligro que puede ser real pero también puede ser supuesto. Del mismo modo, ese miedo puede ser presente, futuro o pasado. Y la fobias son precisamente miedos, para el caso, irracionales y persistentes por lo que no se trata de miedos ante un peligro real, sino supuesto. Hay fobias muy reconocibles como la claustrofobia y otras, como la ergofobia que es menos conocida, pero que existe. .

▶¿Entonces qué es la ergofobia?

La ergofobia (también conocida como “ergatofobia” o “ponofobia”) es un término que se utiliza para describir el miedo o la aversión extrema al trabajo, al esfuerzo físico o a las actividades laborales en general. No es esa sensación incómoda de volver al trabajo al regreso de las vacaciones sino algo más profundo y limitante que puede complicar mucho la vida a quien la sufre.

El término ergofobia está formado por la combinación de dos palabras griegas: ‘ergon’, que significa trabajo y ‘phobos’ que significa miedo.

▶¿Cuáles son sus causas?

Esta fobia puede tener diversas causas, como experiencias laborales negativas en el pasado, estrés laboral crónico, trastornos de ansiedad u otras condiciones psicológicas subyacentes (aunque es complicado de determinar). Las personas con ergofobia pueden evitar activamente situaciones laborales, lo que a veces puede llevar a la pérdida de empleo y a dificultades financieras. Además, esta fobia puede afectar la calidad de vida general de la persona, ya que limita su capacidad para llevar una vida normal y funcional. Entonces puede derivarse por un ambiente laboral estresante o por acontecimientos negativos pero también por sentirse incapaz de realizar las funciones de un determinado puesto de trabajo o por miedo al rechazo de los compañeros. Algunas consecuencias evidentes de esta fobia son el descenso de la productividad y de la calidad del trabajo, sentimientos incontrolables de irritabilidad, preocupación o vergüenza y la formación de un autoconcepto negativo. Esto puede llevar a ataques de pánico y de ansiedad y a la necesidad de seguimiento médico.

▶¿Síntomas?

Las personas que sufren de ergofobia pueden experimentar ansiedad intensa, malestar o incluso ataques de pánico cuando se enfrentan a la idea de tener que realizar tareas laborales, actividades que impliquen un esfuerzo físico o la vuelta a la rutina del trabajo después de un descanso laboral. Pero los síntomas no sólo son físicos, si no también psicológicos. Se resumen en:

•Respiración acelerada

•Taquicardia

•Sudoración excesiva

•Sensación de ahogo

•Sequedad de la boca

•Ataques de pánico

•Dificultad de concentración

•Dolor de estómago

•Angustia

•Dolores de cabeza

•Tensión muscular

•Sensación de irrealidad

•Malhumor

•Evitación de relaciones sociales

•Pesimismo

▶¿Y su tratamiento?

El tratamiento para la ergofobia generalmente implica terapia cognitivo-conductual, en la que se trabaja para cambiar los patrones de pensamiento negativos y se enfrenta gradualmente a las situaciones temidas. Igualmente, una de las terapias que se han utilizado en los últimos años son el Mindfulness y la Terapia de Aceptación y Compromiso (ATC). Ambas fundamentadas en el reconocimiento de la situación, la aceptación y el contacto con el momento presente. El objetivo general es prevenir el estrés y los demás efectos negativos del entorno laboral para no llegar a los momentos críticos que puedan desencadenar algún tipo de fobia. En cualquier caso, lo principal es obtener un buen diagnóstico realizado por un profesional y realizar la terapia que más se situe y pueda ayudar a cada caso. La realización siempre de actividad física, dormir bien y comer equilibradamente, ayuda siempre a todo estos problemas.

Así, si sientes que puedes estar experimentando ergofobia o conoces a alguien que lo está experimentando, es importante buscar ayuda de un profesional de la salud mental lo antes posible para recibir el diagnóstico adecuado y el tratamiento adecuado. Todo puede ser controlado con ayuda.

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